jueves, 26 de mayo de 2016

MI HIJO TIENE AUTISMO, ¿Y AHORA QUÉ?



Me han pedido que escriba sobre esas preguntas que nos hacemos los papás de niños con autismo, sobre esas dudas, sobre esos “y si….” y sobre los famosos: “qué hago si mi hijo….” Demasiadas preguntas, y algunas muy difíciles de contestar, voy a intentar elegir unas cuantas, y os agradecería que si se os ocurren más las dejéis en los comentarios, y así podamos hacer una segunda parte de esta entrada, también me gustaría que si vosotros lo vivisteis de otra manera o las contestaríais de otra forma también nos lo contéis, porque todos tenemos mucho que aprender, yo la primera.

La primera pregunta se la hacen todos los papás, antes de descubrir cualquier problema, o justo cuando empezamos a ver que algo no nos cuadra, pero todavía no sabemos qué pasa…


  • ¿Lleva mi hijo un ritmo de desarrollo normal?

Sobre todo, los papás primerizos, ¿es normal que llore tanto?, ¿es normal que no llore nunca?, ¿por qué llora?, ¿Tiene que dormir tantas horas seguidas o le despierto a darle de comer?, ¿le dejo dormir en mi cama o mejor en su cuna?, ¿Levanta la cabeza 12 segundos o todavía son solo 3 ó 4?, ¿Puedo empezar a darle fruta/trozos/pescado/huevo?, ¿El hijo de la vecina que solo tiene 15 días más que el mío ya dice papá y mama y el mío todavía no ha empezado?...
Los papás nos agobiamos mucho por el tema del desarrollo, y es normal, pasamos de que se nos mueran todas las plantas a tener un bebé de poco más de tres kilos y que depende de nosotros para absolutamente todo en nuestros brazos, y no viene con manual de instrucciones.
Bueno, de hecho, si hay algo parecido a un manual de instrucciones, y son las tablas de desarrollo, las hay muy variadas y más o menos completas, y nos dicen los logros del desarrollo que nuestros peques tendrían que alcanzar a cada momento, pero a ver, tampoco hay que ser radical, si algo lo pone a los seis meses no significa que el día que cumpla seis meses aprende de repente a hacer todo lo que viene en ese apartado, hay que trabajarlo, y hay niños que a los cinco meses ya lo hacen, y otros les cuesta unas semanas más, pero lo cierto es que son bastante fiables sobre todo a la hora de ver si algún logro evolutivo no se logra.
También contamos con los pediatras, que sobre todo de más pequeños hacen revisiones muy frecuentes, y siempre nos están preguntando, si ya se sienta, o levanta la cabeza, o si da los primeros pasos…. Y se supone que van a ser de los primeros en darse cuenta si hay un desfase importante o algún objetivo no conseguido.
También tenemos a las maestras si van a la guardería o más adelante en el colegio, que saben que se puede o no trabajar en cada momento y también suelen detectar enseguida si un niño no está en su momento evolutivo o lleva un desfase con sus compañeros.
Pero sobre todo, y lo más importante, estamos nosotros, los papás, que les vemos cada día, que vemos sus progresos o vemos que no adelantan, y si tenemos la más mínima duda tenemos el derecho de preguntar, a los maestros, a los médicos, a pedir ir a un especialista, a acudir al centro de atención temprana de los servicios sociales de nuestra ciudad a solicitar que  le evalúen, y si en un sitio encontramos a alguien que nos trata de locos o exagerados podemos pedir una segunda o tercera opinión, y puede que a nuestro hijo no le pase nada, y que efectivamente, por el desconocimiento o los nervios hayamos exagerado un poco, y el niño acabe alcanzando el ritmo, pero también puede ser que nos encontremos con un problema de desarrollo, y ahí, cada día que no perdamos es un día que vamos a trabajar.





  • ¿Cómo no me di cuenta antes?

Y si al final, esas sospechas y miedos resultan que eran reales, y que nuestro hijo tiene un trastorno del desarrollo llega esta pregunta, ahora, que por fin todos ven el retraso que existe en su desarrollo, y nos explican todas las características de su trastorno y nos enumeran todas las pistas que les han llevado a concretarlo lo vemos todo clarísimo, y surge la culpabilidad, que es normal, es una de las fases para conseguir la asimilación y la aceptación de su trastorno y la hemos pasado todos los papás. Yo me culpabilizaba mucho, pensando que como era posible que, siendo maestra de educación especial, habiendo visto y trabajado con niños con autismo no me hubiese dado cuenta antes.
Pero lo cierto, es que si te habías dado cuenta, todavía no tenías un nombre para lo que pasaba, pero ya te habías dado cuenta que algo no iba bien, ya te habías dado cuenta que fallaba algo en el desarrollo de tu hijo, habías buscado ayuda médica hablándolo con su pediatra y muchas veces también ayuda educativa o terapéutica comentando con sus maestros sus dificultades y buscando soluciones.
Tenemos que tener en cuenta que el autismo, es imposible diagnosticarlo en el momento del nacimiento, y después, cada niño lleva un ritmo diferente, que es lo que hace que se pueda detectar antes o después, porque no todos tienen la misma afectación; así que seguramente el momento en el que empezaste a notar que pasaba algo, fue justo el momento en el que empezó a pasar algo, y si en ese momento empezaste a moverte y preguntar y no te encerraste en casa y en ti mismo sino que buscaste ayuda, te diste cuenta en el momento preciso.
Además, algo muy importante, incluso en el caso de que lo negaras, y te encerraras en la negación durante un tiempo, lo importante es no quedarse estancado ahí, sino pensar y mirar hacia el futuro, vale, has perdido un tiempo precioso, pero, ¿lo vas a seguir perdiendo o vas a poner solución?



  • ¿Qué he hecho mal?

Y esta es la gran pregunta de la fase de culpabilidad, y surge porque todo el mundo da por hecho que siempre hay un culpable, y en el caso del autismo no va a ser diferente, cada día surge una teoría nueva sobre su origen, y cuando tenemos muy reciente el diagnóstico somos muy propensos a leer y buscar cualquier cosa relacionada en internet, ya dedicaré otra entrada a los mitos del autismo, pero sabed que muchos mitos son sobre su origen, tienes una gran variedad para elegir: por una sobreprotección materna, por desapego materno y la teoría de las madres nevera, por vacunarles, por no leerles cuentos, por utilizar cocinas de inducción durante el embarazo, y la última que se ha puesto de moda, por dejarles ver Peppa Pig por el afán de protagonismo y forma de hablar de la protagonista.
Como he dicho, muy variadas, pero todas tienen algo en común aparte de ser una completa mentira, y es que la culpable es de la madre. Así que con esta “des-información” pululando por internet, es normal que con el shock del diagnóstico y en nuestro afán por conseguir respuestas nos sintamos todavía más culpables, pero si te sirve de consuelo o al menos te vale para ganar unos cuantos días al desánimo te diré que no has hecho nada mal, que no es culpa tuya que tu hijo tenga autismo, que has podido cometer fallos, o hacer cosas mal en su crianza, pero ninguna de esas cosas le ha provocado tener autismo.
Y ahora, lo más importante a tener en cuenta, es que una vez tenemos el diagnóstico abrimos una cuenta nueva, y que no podemos cambiar el pasado, pero si tenemos en nuestra mano modelar el futuro, así que aprovecha que tu contador parte de cero de nuevo y coge carrerilla para empezar a trabajar por y para tu hijo, porque ahora que lo sabes, si es cuando tienes que decidir qué es lo que estará bien o mal para tu hijo y su evolución.



  • ¿No será mejor que no lo sepa nadie?

Y cuando ya hemos pasado el duelo, y hemos aceptado que nuestro hijo tiene autismo nos llega la siguiente duda, ¿quién debería saberlo?, esto es algo bastante personal, porque cada uno conoce sus circunstancias, conoce a su familia, conoce a sus amigos y sobretodo conoce su entorno. Pero mi experiencia y consejo es tratarlo con la mayor naturalidad posible, y por supuesto hablar de ello, porque es algo que se acaba viendo, y cuanto antes lo normalices tú, antes lo verán lo podrán aceptar los demás.
El autismo es como tener un elefante rosa tocando el tambor en el salón y querer fingir que no está ahí, es imposible, primero es un bebé que no mira a quien le habla, después un niño que no responde a su nombre, después es un poco más mayor y no empieza a hablar…. Y cuando más mayor más se va a ver que hay un desfase con lo que debería hacer a su edad, y más y más se van a notar esas diferencias.
Y si tú no hablas sobre ello, al principio tendrás a gente preguntando qué le pasa, si le llevas a algún sitio…y no es con mala intención, de verdad, solo sienten dudas, parecidas a las que sentiste tú al principio. Y más adelante, cuanto más visible es, y más persistes en tu silencio, al final no preguntarán, por eso de lo que es políticamente correcto, pero a tus espaldas empezarán a hablar, a suponer y a montar teorías, que pueden alejarse bastante de la realidad, y empezarán a pensar, que, si tú callas, es porque escondes algo mucho más grave de lo que es en realidad.
Así que yo soy partidaria de hablar de ello, el autismo no es tabú, y así le pedí que lo explicara a una profesional que vino a hablar sobre autismo al cole de Jimena, por eso decidí escribir este blog, por eso prefiero que me pregunten a que hablen a mis espaldas. Quiero que todos entiendan lo que es el autismo, las dificultades que nos pone en el camino y todo lo que trabajamos para que Jimena no note la mayoría de esas dificultades, pero, sobre todo, para que todos sepan y entiendan todo lo que trabaja cada día mi hija para conseguir cosas que a otros niños no les cuesta ningún esfuerzo.
Somos padres de luchadores, no les escondamos, admiremos sus esfuerzos.




  • ¿Estaré haciendo lo suficiente o podríamos hacer más, apuntarle a más cosas, llevarle a más sitios?

No olvidemos nunca que son niños, está claro que ahora son esponjas, que lo que aprendan ahora durará siempre, que hay mil actividades y terapias a cuál más atrayente, innovadora y con maravillosos resultados. Pero son niños, necesitan mimos de mamá y papá, necesitan parque con otros niños y necesitan estar en su casa con sus juguetes. Más no es sinónimo de mejor, a veces hay que elegir, para que sea de calidad, para que lo que hagas sea al 100%, y sobre todo, que lo que hagas sea un juego para el niño, que lo disfrute y tenga ganas de que llegue esa actividad, van a pasar muchísimo tiempo en terapias, hay que conseguir que no sea algo obligado a lo que entran llorando, tú sabes que trabajan, pero ellos van a jugar, y jugar tiene que ser divertido, si no, no es jugar.
Recuerdo a primeros de curso, cuando los papás de niños que no habían ido antes a guardería decían a la salida del cole que sus niños acababan el día agotados, y yo les preguntaba que qué hacían, que si iban a alguna actividad, y me contestaban que no, que acababan agotados del colegio, que eran muchas horas, esos días yo llegaba a casa y abrazaba a Jimena, y la llamaba campeona y luchadora, porque ella hacía las mismas horas de colegio, dos mediodías terapia, vuelve al colegio y tres tardes tiene piscina y una tarde más terapia.
Y sí, hay días que la ves agotada, pero no se queja, sabe que esa es su rutina de actividades, y la única tarde libre que tenemos es sagrada, es para estar un rato en el parque y el resto en casa jugando y haciendo manualidades, es nuestro día, y no voy a llenárselo con más actividades por mucho que me aseguren que es la definitiva.



  • ¿Qué será de él cuando sea adulto, cuando yo no esté para cuidarle?

Y por último la gran pregunta que nos quita el sueño a todos los papás, y para esa no tengo respuesta, no sé qué pasará mañana, como para intentar adivinar lo que ocurrirá dentro de años, espero que muchos, pero cuando me asalta este miedo siempre me digo lo mismo:

-       Haz ahora todo lo que puedas por ella, consigue que alcance su máximo potencial.
-       Consigue que adquiera la máxima autonomía posible, no le abras todas las puertas, enséñale a abrirlas para cuando tú no estés y se encuentre una cerrada.
-        Dale alas, para que se equivoque y pueda rectificar, y la frustración aparezca ahora que puedes enseñarle a encauzarla, y que no piense que todo se consigue al primer intento.
-       Quiérela, que sepa que pase lo que pase, que sea como sea, que con sus dificultades y problemas siempre hay alguien que la quiere, que se merece ser querida.
-       Y juega, juega mucho, y sonríe, y si hace falte, te pones un tutú, que como he dicho, ahora son niños, y las preocupaciones y miedos, y las tristezas y dolores de cabeza nos los tenemos que guardar para cuando no estén delante, mientras estemos con ellos que la vida sea un juego.





“Quiero ser la escoba que en tu vida barra la tristeza,
Quiero ser tu incertidumbre, y sobre todo, tu certeza.”
(Tu jardín con enanitos) Melendi

lunes, 16 de mayo de 2016

JORNADAS DE AUTISMO Y APRENDIZAJE



Este fin de semana han sido las primeras jornadas de autismo y aprendizaje organizadas por Conexión Autismo, y también han sido las primeras jornadas a las que nosotros hemos ido, y la experiencia ha sido maravillosa, no puedo decirlo de otra manera, más que estar muy agradecida a todos los que las han hecho posibles y sobre todo por tantas cosas como me han enseñado y que ya estoy como loca por poner en práctica.



Comenzamos en viernes con una exposición impresionante de materiales y una master class para aprender a hacerlos en casa, impartida por Almudena G. Negrete. Lo que más me gustó no fue su gran imaginación para preparar materiales, que también, pero sobre todo su fuerza y su implicación, si todos los maestros y terapeutas que nos encontráramos por el camino fuesen como ella el mundo sería un lugar mucho más bonito y sencillo, y eso que como he dicho siempre nosotros estamos teniendo mucha suerte con todos los profesionales que están trabajando con Jimena, pero es que ella va un paso más allá, nos transmitió el amor que siente por cada uno de sus niños.

Y el sábado dos talleres de Anabel Cornago, una mamá de un niño con autismo que desde que le dieron el diagnóstico se ha volcado en hacerle todo mucho más fácil a su hijo, y que, además, se ha preocupado en dejarlo todo por escrito para que todos los que fuésemos detrás de ella también lo tuviésemos más fácil. El primer taller fue sobre el juego, como jugar, como hacer que el juego además de divertido sea terapéutico y, sobre todo, la importancia de jugar con nuestros hijos. Y el segundo taller sobre adquisición del lenguaje, de nuevo con muchísimos ejemplos de juegos y actividades para poder trabajarlo desde casa.

Descubrí que Anabel es una gran persona, que dedica su tiempo a enseñar a otros papás como trabajar con nuestros niños con autismo, que no le importa hablar de su vida, de su familia y de sus experiencias si con ello puede ayudar a otras familias, siempre tiene una frase o un consejo que dar, yo compré sus libros y lo primero que me preguntó fue cuantos años tenía Jimena, y me recomendó por dónde empezar a trabajar.

También descubrí que es muy necesario este tipo de jornadas, sobre todo para aprender, que todos tenemos mucho que aprender, todo lo que podamos sumar siempre será bienvenido; descubrí, que no pesan los kilómetros si al final del camino encuentras una recompensa tan grande como conocer a todas las personas que conocimos y todas las ideas que recopilamos, en un mes volveremos a hacer las maletas para irnos a las segundas jornadas en Barcelona; descubrí que no estamos solos, que hay muchas familias que estamos pasando por lo mismo, que tenemos las mismas dudas y que necesitamos aprender lo mismo y recibir las mismas muestras de cariño; descubrí que hay muchos profesionales tan implicados con nosotros y nuestras familias que dedican un día festivo a formarse sobre el autismo para conocer y trabajar mejor con nuestros hijos.

Y sobre todo descubrí, y me hizo sentir genial, que no lo estamos haciendo nada mal, que muchas de las cosas que contaban ya las hacíamos con Jimena, igual no tan estructurado, seguramente no tan bien organizado, tampoco siguiendo el orden que ellas nos daban como óptimo y sin saber todo lo que estábamos trabajando, todos los procesos mentales que poníamos en marcha y toda la estructuración mental que estábamos reforzando. Pero lo estábamos haciendo, bueno, mi formación como maestra de educación especial tenía que verse en algún sitio.

Así que ahora toda seguir trabajando, y la verdad es que hemos vuelto con muchísimas ganas de trabajar, con las pilas cargadas, con muchas ideas que llevar a cabo, con muchos materiales que ya estoy empezando a fabricar, con muchas ganas de seguir concienciando y explicando lo que es el autismo y con ganas de llevar cada vez a más gente nuestra realidad y la de nuestros hijos, para que nos entiendan, y sobre todo les entiendan a ellos.

Para terminar, voy a utilizar una frase de Anabel Cornago que me encantó y le voy a coger prestada: “el autismo no va a llevarse la felicidad de nuestra familia ni el futuro de nuestro hijo”.

 
Con Anabel Cornago


Muchas gracias Anabel, muchas gracias Almudena y muchas gracias Rafa y toda la familia de Conexión Autismo por hacer esto posible.



“Saber que se puede…Querer que se pueda…
Sacarse los miedos, dejarlos afuera.”
Color esperanza (Diego Torres)