Y ya
por fin, que se ha hecho esperar, el día de reyes, lo más esperado por todos
los peques y los mayores. La verdad, es que después de la gran experiencia de
Papá Noel estábamos todos muy emocionados por cómo iba a vivir Jimena estos dos
días de nervios constantes y regalos sorpresa, ya que como os comenté no le
hizo ningún caso a los catálogos, y cuando fuimos al centro comercial a ver las
cosas, le hizo un poco más de caso, pero tampoco nada extraordinario.
Y
tengo que decir, a modo de anticipo, que fue genial, es imposible decirlo con
otra palabra, ahora os contaré todo, pero la verdad es que fue muchísimo mejor
de lo que hubiésemos podido imaginar, y es que vimos muchísima ilusión en los
ojos de Jimena con algo que no podía ver ni tocar, por la preparación y por la
anticipación, y creo que es la primera vez que vemos algo así.
Desde
que paso año nuevo estuvimos anticipando que iban a venir los reyes magos, que le
traerían lo que había pedido en su carta, y como siempre, sin tener muy claro
si estaba entendiendo lo que se acercaba, creemos que después de la mañana de
navidad ya un poco se imaginaba por donde iban los tiros, pero los días de
antes, la verdad es que tampoco notamos nada en ella. Pero tampoco quisimos
insistir mucho, es mejor que las cosas surjan, y vaya si surgieron….
La mañana
del día 5 fuimos a un acto en el que primero les contaban unos cuentos y unas
canciones y después los reyes magos les daban un regalo, bueno… pues durante
los cuentos los niños se sentaban en el escenario para participar y colaborar
en los cuentos, y Jimena no solo se sentó en el escenario junto al resto de
niños, sino que una de las veces que pidieron voluntarios para el cuento que estaban
contando se ofreció voluntaria ella y a su prima, la agarró de la mano y se la
llevó a rastras con ella, y les dijeron que el protagonista del cuento les pidió
a los niños que fuesen a recoger flores, piedras, ramas… y ellas cogieron, se
fueron al borde del escenario y se pusieron a recoger cosas imaginarias y a llevárselas.
Viva la imaginación y el juego simbólico.
Cuando
terminaron los cuentos les mandaron a todos con los padres al patio de butacas
a esperar a que sus majestades los reyes magos de oriente llegaran al salón. Y
ahí empezamos a ver los nervios por lo que iba a pasar, Jimena estaba
expectante y no era capaz de aguantar sentada, quería ver todo lo que pasaba a
su alrededor, y sobre todo hacia la puerta para ver quien llegaba. Y cuando
entraron los reyes se puso muy contenta a saludarles y a lanzarles besos, si no
la sujetamos creo que se hubiese ido a cogerles de la mano.
Después
los reyes se sentaron y empezaron a llamar a los niños para darles sus regalos,
y a Jimena se le hizo eterna la espera, y eso que fue de las primeras, estaba
muy pendiente, y cuando escuchó su nombre salió corriendo hacia el rey que
tenía su regalo, teniendo en cuenta que el año anterior en ese mismo acto tuve que
subirla yo en brazos mientras lloraba porque no quería acercarse… pues el cambio
ha sido espectacular. Cuando estuvo cerca miró al rey con muchísima curiosidad,
cogió su regalo y se dejó hacer una foto con él, y después nos costó decirle
varias veces que tenía que irse para que subiese otro niño, y es que estaba emocionadísima.
Esa
tarde fue la cabalgata, que también intentamos que pudiese anticipar, así que
fuimos con bastante tiempo de antelación, le explicamos lo que estábamos esperando,
vio que había más gente, y fue viendo como la calle se llenaba. Y cuando empezó
a ver gente disfrazada, animales y carrozas le encantó, les saludaba a todos, a
los reyes cuando los vio pasar les lanzaba besos, y lo que más le gustó fue una
carroza de la patrulla canina, y me diréis que como a todos los niños, y es
cierto, como a todos, pero es que Jimena hasta entonces no había mostrado
ningún interés especial en ellos y desde que los vio en la carroza le gustan
mucho, quiere ver constantemente capítulos de esa serie, se sabe la canción, y
te la canta cuando quiere que se los pongas en la televisión.
Ahora sí
que teníamos claro que sabía quiénes eran esos famosos reyes magos que tanto le
nombrábamos y empezamos a notar en ella la impaciencia y la expectación por
saber que era lo siguiente que iba a pasar ese día.
Esa noche
cenamos en casa de los bisabuelos, y allí, como su casa está cerca del
recorrido de la cabalgata los reyes llegan por la noche, así que después de
cenar, escuchamos unos ruidos en la terraza, y al salir se encontró un paquete
con su nombre, y muy emocionada empezó a deletrearlo, estaba claro que
definitivamente habíamos dejado atrás esos días en los que no quería saber nada
de desenvolver un paquete cerrado. Después tocó el turno de casa de los tíos,
que viven en el mismo edificio, y allí se repitió la ilusión.
Después
vino la parte más complicada, explicarle que en casa de los abuelos los reyes
magos vienen por la mañana, que mientras dormimos nos dejan los regalos y nos
los encontramos cuando nos despertamos, eso le gustó un poco menos. Aunque le
gustó mucho la idea de hacer todos los preparativos; fue por toda la casa
recogiendo zapatos de todos para ponerlos debajo del árbol, nos ayudó a
preparar una bandeja con turrón y licor para los reyes y un barreño con agua
para los camellos, así que pensamos que lo había entendido, pero en ese
momento, cogió y se sentó en el suelo entre el árbol y la mesa donde estaban la
bandeja a esperar a los reyes magos. Ella quería conocerlos. Así que tuvimos
que volverle a explicar que se tenía que ir a dormir, que si estaba despierta
los reyes no paraban en casa. Y aunque al final conseguimos llevarla a la
habitación nos costó muchísimo que se durmiese, estaba muy muy nerviosa, aunque
esta vez sin nada de ansiedad ni estereotipias, nerviosa como cualquier otro
niño en la noche de reyes. Un regalo para nuestros ojos.
Y
llegó la mañana de reyes, Jimena se despertó con muchas ganas, pero a la vez
con un poquito de miedo de asomarse al salón, la primera vez entró en brazos,
pero en cuanto vio que el salón estaba lleno de paquete fue corriendo a
despertar a todos los que estaban en casa. Y lo primero que hizo cuando
entramos todos juntos al salón fue buscar los paquetes que tenían su nombre, y
alucinó cuando vio un paquete muy grande que ponía Jimena, los demás enseguida
vimos por la forma que era una bicicleta, pero ella, que todavía no tiene esa
picardía estaba entusiasmada con ese paquete, el más grande que llevaba su
nombre, y que por mantener el misterio le dijimos que era el último.
Y de
nuevo, igual que en navidad, nos demostró que es capaz de esperar
pacientemente, bueno…. Metiéndonos un poco de prisa, pero dentro de lo normal,
que es capaz de esperar su turno y ver que tenemos los demás de regalo y, sobre
todo, que es capaz de disfrutar y vivir al máximo el día más bonito de la
navidad, al menos para mí, y creo que lo mismo en cualquier casa que haya niños
pequeños.
Jugó
con todos sus regalos, aunque desde el primer momento tuvo sus favoritos, pero
los probó todos, y a lo largo de los siguientes días fue teniendo un gran
momento con cada uno de ellos.
El único
momento de más rigidez que vimos fue con el regalo que más le gustó, una rampa
para coches, que traía dos coches y que cada vez bajaban por una rampa distinta
de tres que tenía, pues ella tenía que jugar siempre con el coche azul, que ese
coche fuese por delante del otro y además que siempre bajase por la misma
rampa. Pero bueno… enseguida conseguimos razonar con ella y que esa pequeña
manía se quedase en eso, ahora ya juega con los dos coches, a veces hasta nos
deja el azul a nosotros, y los coches bajan por la rampa que toca.
Tengo
que contaros un gran secreto que descubrí esa mañana, los reyes magos no solo
existen, sino que además leen mi blog, porque han colaborado enormemente a que
las montañas de ropa por planchar bajen un poco con un super centro de
planchado, que no sé cómo he podido vivir sin él hasta ahora, y una aspiradora
que espero que consiga que el polvo no sea tan evidente. Ya os contaré si lo
conseguimos.
De
momento, nos quedamos con lo más grande de las navidades, el gran avance de
Jimena, los muchísimos cambios que hemos notado en estos meses, y lo bien que
ha vuelto de las vacaciones. Ha ampliado muchísimo su vocabulario e incluso te
mira más y te mantiene más tiempo la mirada. Siempre dando pasos, pequeños o
grandes, pero siempre hacia delante para que nuestro viaje continúe.