Esta
semana he estado un poco desconectada de todo, del blog, de las redes sociales,
incluso del teléfono… y es que Jimena ha estado mala, y cuando eso ocurre lo
único que quiere son mimos, que estés a su lado y que la abraces muy fuerte.
Ahora empieza a entender lo que es la enfermedad, o que le duela algo, pero
hasta ahora ha sido muy complicado. No entendía lo que la pasaba, no le gustaba
ir al médico y menos si era el de urgencias y no lo conocía, y no hay manera de
que se tome las medicinas, no nos entiende cuando le explicamos que si se toma
ese mejunje pringoso de color naranja le va a doler menos la cabeza, y mucho
menos que le va a bajar eso que llamamos fiebre.
Además
esta semana ha sido completa, empezamos con gastroenteritis, y se ha agobiado
muchísimo, cuando ella, que ya estaba tan contenta con saber hacer todas sus
cositas en el baño no le daba tiempo a llegar. Solo le duró 24 horas, menos
mal, pero se quedó muy muy flojita, y por culpa de esa flojera ha cogido un
buen resfriado, que nos está teniendo todo el fin de semana encerrados en casa,
viendo películas de Disney y a uno de los dos con ella constantemente.
El tema
de las medicinas ha sido complicado desde hace mucho tiempo, nunca le han gustado
especialmente, hemos probado todos los inventos, incluso tenemos de cuando era
pequeña un chupete que se abría por detrás y lo rellenabas con la medicina en
cuestión. Pero desde hace un año o así la cosa empeoró. Lo escupía, lo
vomitaba, se ponía muy muy bruta y no había manera de dárselo, tanto llegó a
ser que tuvimos que pasarnos a los supositorios.
Ahora,
como he comentado, comienza a entender lo que es el dolor, cuando alguna vez le
decimos que a nosotros nos duele algo nos da un beso donde nos duele, y ella
también está aprendiendo a decir donde le duele, de momento hemos aprendido la
cabeza, los oídos, la garganta y la tripa, aunque a veces, sobre todo cuando
creemos que le duele la cabeza le cuesta mucho ubicarlo y otras veces lo dice
solo para que la demos besos, eso lo descubrí un día que cuando le pregunté si
le dolía algo me señaló la mejilla.
La
última técnica que estamos usando ahora para tomarse la medicina es el juego,
la jeringuilla con la medicina pasa por todos, primero decimos que es de papá,
después de mamá, después de la muñeca que tengamos por medio ese día, y después
decimos que es de Jimena, y que ella sola se la sabe tomar…. Y a veces
funciona, y a veces no, pero por lo menos, las veces que funciona nos ahorramos
el sofoco. Aunque no siempre nos sale
bien el truco, sobre todo cuando está muy cansada, con la fiebre muy alta que
no puede ni razonar el juego o cuando lleva muchos días mala, que se pone muy
nerviosa y no lo entiende.
Y
otras veces, cuando está un poco mejor, pero está el bote de Dalsy por la
cocina para cuando nos haga falta por la noche o un rato después busca la
jeringuilla, nos la lleva donde estemos y nos dice: “ina” (medicina). Como
sabemos que en un rato le va a hacer falta, siempre que hayan pasado bastante
tiempo desde la dosis anterior, pues se la llenamos y se la damos, y ella sola
sin más juego ni más rollos se la mete a la boca y la vacía. Y después te mira
sonriendo, y eso hace que aunque no te olvides, por lo menos que no sea tan
horrible el sofoco que se pegó en la toma anterior y seguramente en la
siguiente.
Una
forma de saber que Jimena está realmente mala es con la comida, porque Jimena
no come, devora, y en cuanto empieza a ponerse mala va perdiendo el apetito
hasta que durante el peor día se alimenta solo a base de petit suisses y zumos,
pero también nos sirve para saber cuándo empezamos la remontada, y es cuando a
pesar de seguir mala vemos que come más cantidad y con más ganas, y sabemos que
ya ha pasado lo peor.
Lo
que peor lleva ella son los mocos, todavía no hemos conseguido enseñarla a
sonarlos, hace todo el proceso, busca el papel, se lo pone en la nariz, aprieta
un poco y … absorbe aire. Así que no solo no salen, sino que se le van a la
boca, a la garganta y a la tripa, así que al rato le duele la tripa, hasta que
vomita. Y eso también lo lleva fatal, creemos que es por ensuciar, porque
claro, normalmente cuando le duele la tripa y empieza con la tos de vomitar la
cogemos en brazos, y solemos acabar ella y uno de nosotros hasta arriba de
vómito, o eso o si le pilla sola porque no nos dé tiempo a llegar, la cama
entera pringada, y le vemos la cara de :”madre mía la que acabo de liar”, hemos
intentado explicarle de mil maneras que no pasa nada, que es porque está
malita, que todo se limpia, que nos cambiamos de ropa… pero hasta que no ve que
está todo limpio, las sábanas cambiadas y todos con ropa nueva no se relaja.
Y lo
que peor llevamos nosotros, cuando se despierta a media noche, ahogándose en
mocos, y empieza a llorar de frustración, porque está muy muy cansada y quiere
dormir, pero se da cuenta que cada vez que cierra los ojos se vuelve a ahogar y
a toser. Y en ese momento no puede dejar de llorar y no quiere ni que nos
acerquemos ni la toquemos. Y a nosotros nos encantaría calmarla, acunarla y
decirle que se va a pasar pronto, pero tiene unos minutos en que entra en un
círculo, llora, y entonces se ahoga más, como tiene más mocos respira peor y le
da más tos, al respirar peor se pone más nerviosa y llora más, y vuelta a
empezar.
Solo
le suele durar unos minutos, creo que nunca ha llegado al cuarto de hora, pero
a nosotros se nos hace eterno, intentamos dejarle el espacio que necesita pero
nos parte el alma verla llorar así.
Y
después, cuando ha pasado la tormenta se queda flojita flojita hasta que
volvemos a coger fuerzas para seguir adelante.