Cuando
la gente ve a Jimena con solo tres años y medio y les contamos todas las
actividades que hacemos, todos los sitios a los que vamos, las terapias que
sigue, nuestra implicación y trabajo; llega la gran pregunta; ¿pues desde
cuando lo sabéis?
En
el caso de Jimena las pistas no fueron muy muy claras, a ver, ahora viéndolo
desde el tiempo y la experiencia parece que si lo fueron, pero en ese momento…
Jimena era una niña cariñosa, al menos con nosotros, algo que pensábamos que
era normal por estar en otra ciudad y que al resto de la familia les veía solo
de vez en cuando. Jimena era una niña muy expresiva, lo decía todo con la
mirada, y a mí sí me miraba a los ojos, pero claro, solo a mí. Jimena tenía
intención comunicativa, es cierto que nos preocupó la falta de lenguaje oral, y
no solo eso, sino que algunas cosillas que empezó a chapurrear con poco más de
un año al acercarse a los dos años las perdió, pero ella señalaba, te cogía de
la mano y te llevaba al sitio donde estuviese lo que quería. Jimena jugaba,
jugaba muchísimo, pero sola, no quería que participases de su juego. Y sobre
todo, que en todo lo que leíamos se marcaba como algo muy significativo el
retraso psicomotor y ahí Jimena nunca ha presentado ningún problema, pero
claro, es que ella iba a la piscina desde los siete meses.
Vale,
la verdad, es que visto así parece que teníamos un cartel luminoso delante,
pero nosotros estábamos pendientes de los logros y no tanto de lo que faltaba;
aunque es cierto, que al acercarse los
dos años y ver que Jimena no empezaba a hablar, y que además lo poco que había
empezado a decir dejaba de hacerlo nos preocupó bastante.
Y
aquí llegó nuestro primer apoyo, su pediatra, fuimos preocupados a comentarle
el tema del lenguaje, muy concienciados de luchar cuando nos dijese las famosas
frases: “padres primerizos…, os preocupáis demasiado…, cada niño tiene su ritmo….”
Pero no, se tomó muy en serio nuestros miedos y problemas, y aunque por regla general los
pediatras están en contra de las guarderías fue ella misma la que nos propuso
llevar a Jimena desde ese momento a una a ver si relacionándose con otros niños
de su edad arrancaba el tema del lenguaje, que es a lo que más importancia se
le dio en ese momento. Gracias a ella comenzó todo tan pronto y nos pusimos tan
rápido en marcha.
Por
entonces Jimena tenía 22 meses, era enero de 2014. Nuestra idea era llevarla
ese septiembre a la guardería, porque sí creíamos importante que el último año
antes de entrar al colegio fuese ya a una escuela infantil, a relacionarse con
más niños, a aprender rutinas y a coger hábitos. Así que no nos importó adelantar
unos meses esa experiencia, y más con el apoyo de su pediatra.
Así
que comenzó la aventura de buscar guardería, que es una decisión muy
importante, vas a dejarles a unos desconocidos lo más importante para ti, que
es tu hija. Piensa además, que a esas alturas empezábamos a darnos cuenta que
había algún problema, todavía no nos imaginábamos por donde iba a acabar todo,
pero ya intuíamos que algo no iba bien, así que no podía ser cualquier sitio,
tenía que ser uno capacitado para detectar y trabajar con ese problema que
parecía haber. A eso añade que estás a mitad de curso y muchas no aceptan
incorporaciones fuera de plazo.
Pero
tuvimos suerte, y ahí fue nuestro segundo acierto; en menos de 10 días, dimos
con una guardería genial, cerca de casa, que conocían a la pediatra de Jimena,
unas chicas maravillosas, tiernas y cariñosas y además tenían algo muy
importante, imprescindible en nuestro caso, un gabinete psicopedagógico que
hacía visitas al centro para ver a los niños y evaluar si había algún problema
de desarrollo en alguno de ellos, y tenían plazas libres así que Jimena podía
empezar inmediatamente.
Jimena
se adaptó genial a la guardería, lloró día y medio, el segundo día entro
llorando pero ya salió contenta, algo maravilloso, ya que el gran temor de los
padres es dejarlos en un sitio en el que no quieren estar y más cuando no es
necesario, si trabajas no hay más narices, pero si estás en casa como era mi
caso, si se quedan llorando es todavía más doloroso. Así que una vez superado
el comienzo de la escuela, dejamos un tiempo prudencial de adaptación y
empezamos a trabajar y forzar la
expresión oral.
Pero
ese avance no llegó….
Primer día en la escuela infantil.
Imagino que pasa un tiempo hasta que asumes la situación pero es importante ponerse a trabajar pronto como hicisteis vosotros. Mucha fuerza pasa seguir así.
ResponderEliminarSi queréis comentar. Como yo que me he repetido un poco con el mensaje anterior podéis hacerlo firmando como anónimo
ResponderEliminarPara comérsela! que rica!
ResponderEliminarLa esperanza, el ánimo y la sonrisa son fundamentales para seguir el camino. Siempre hay avance en el trabajo bien hecho aunque los resultados no sean los esperados, la condición humana es muy ambiciosa y siempre espera mas...
ResponderEliminarcualquier pequeño gesto de lo mas importante en tu vida, te ayuda para coger impulso y seguir. Y sobre todo no dejar de sonreír.
Muy bien, Gema. Lo estáis haciendo fenomenal.
ResponderEliminar